En Aguachica, parece que las imprudencias no descansan. Este lunes 7 de julio, una menor de siete años terminó lesionada tras verse involucrada en un accidente de tránsito entre dos motocicletas, ocurrido en la calle quinta con carrera 28.
De acuerdo con los testigos, ambas motocicletas se desplazaban en sentido oriente-occidente cuando el conductor de una moto Boxer, de placas EER 38E, tomó tarde la decisión de girar hacia la carrera 28, cerrándole el paso al otro motociclista, quien conducía una Honda de placas AIL 42C y llevaba como parrillera a la menor afectada.
El choque fue inevitable y ambos vehículos terminaron en el suelo. Como suele ocurrir en estos casos, los parrilleros fueron los más afectados. La niña sufrió varias contusiones leves, pero lo que más preocupó fue un golpe que recibió en la cabeza, razón por la cual fue trasladada de inmediato a un centro médico para recibir atención especializada. El joven que causó el accidente también resultó lesionado, con una herida en una de sus piernas.
Aunque las motos solo presentaron daños menores y algunas partes rotas, el susto y la reflexión quedaron en el aire: conducir con responsabilidad puede marcar la diferencia entre un trayecto seguro y una tragedia.
Al lugar llegaron las autoridades de tránsito para controlar la movilidad y recoger las versiones de los involucrados, con el fin de esclarecer las responsabilidades del caso.
Una vez más, el llamado es claro: las calles no son solo de uno. Al conducir, no solo se transporta una máquina, se lleva vida. La imprudencia cuesta, y muchas veces, quien paga las consecuencias no es quien comete el error.