Las lluvias de los últimos días han dejado al descubierto un problema que pone en riesgo a los conductores: la acumulación de arena en las vías. las corrientes de agua terminan arrastrando materiales de construcción y tierra suelta, que terminan regados en las calles, convirtiéndose en trampas casi invisibles para quienes se desplazan en moto o en carro.
La presencia de arenilla sobre el pavimento reduce la adherencia de las llantas. Para los motociclistas, una frenada brusca o un movimiento inesperado puede ser suficiente para perder el control y terminar en el suelo. Varios incidentes registrados en los últimos días así lo demuestran.
La situación se complica en un municipio donde la malla vial ya presenta deterioro y huecos que, sumados a la arena, se vuelven escenarios propicios para los accidentes. No es extraño ver cómo quienes se arriesgan a altas velocidades en estas condiciones terminan expuestos a una caída o a un choque.
Más que un detalle menor, la arenilla en las calles es un recordatorio de que la seguridad vial no depende solo del estado de las carreteras, sino también de la atención y prudencia de quienes las recorren.