Aunque el calendario marcó el inicio del verano desde el pasado 21 de junio, en Aguachica el clima parece tener otros planes. En las últimas semanas los días arrancan con un solazo que derrite hasta las ganas de trabajar, pero no hay que confiarse, pues en cuestión de horas, ese cielo azul se nubla y cae una llovizna que a veces genera más bochorno y que también confunde al cuerpo.
La ciudadanía ya no sabe si salir con cachucha, bloqueador o chaqueta. En la mañana, un calor seco hace sudar hasta al más fresco, pero en la tarde, el bajón de temperatura sorprende con lluvias suaves o aguaceros esporádicos en algunas zonas que le sacan canas verdes a más de uno. Estos cambios drásticos pueden provocar que aumenten los casos de gripa, tos, malestar general y hasta dolores musculares, porque el cuerpo no alcanza a adaptarse a esos cambios climáticos.
A eso se le suma el impacto de entrar y salir de lugares con aire acondicionado, como bancos, oficinas o almacenes, lo que puede agravar aún más los síntomas respiratorios. Según profesionales de la salud, este contraste entre el calor de la calle y el frío artificial de los interiores genera sequedad en la garganta, congestión nasal y debilita el sistema inmune.
Por eso, médicos locales recomiendan no exponerse a cambios de temperatura tan bruscos, mantenerse hidratado, usar ropa ligera, intentar no mojarse con las lluvias y evitar consumir bebidas muy frías tras haber estado expuesto al sol intenso. Y ojo, que, si la ola de calor sigue apretando como en días recientes, lo mejor es evitar la exposición directa al sol entre las 10:00 de la mañana y las 4:00 de la tarde, usar sombrero, gafas y no olvidar el protector solar.
Porque como dice el dicho: «al clima loco, cuerpo precavido». No dejemos que este clima cambiante nos agarre mal parados ni con las defensas bajas. Escuchemos las recomendaciones que nos da Wendy Macana, coordinadora médica del Hospital Local de Aguachica