Se prenden las alarmas nuevamente en el municipio por las distintas quemas prohibidas que se han dado en los últimos días. La situación es sorprendente, pues es común que esto ocurra en temporada seca, pero las precipitaciones se han dado de forma seguida en las últimas semanas, demostrando la intervención de la mano humana inescrupulosa que genera los espacios para las conflagraciones y su inicio.
Uno de estos casos se registró en el barrio Cañaveral, en el punto donde cruza el Caño El Cristo. Allí, el cuerpo de bomberos tuvo que asistir para impedir que las llamas se propagaran, pues pese a que la vegetación no está seca, en la zona había gran cantidad de residuos como plásticos que harían que el fuego se expandiera de forma más rápida. Por fortuna, la emergencia logró ser atendida por tres unidades operativas y una máquina extintora.
La situación se repitió el pasado lunes en el sector del Remanso. Allí, en un área abierta, el cuerpo de bomberos tuvo que apagar las llamas de una quema prohibida que se estaba dando. Esta segunda emergencia, que alcanzó unas proporciones mayores en comparación de la primera, tuvo que ser atendida por la máquina extintora y tres unidades operativas.
Para las autoridades, este hecho es preocupante, pues demuestra la poca conciencia ambiental existente entre la comunidad y los daños que pueden darse a raíz de este tipo de casos.