La mañana de este miércoles comenzó con una contundente protesta en las instalaciones de la IPS Mi Salud En Casa, liderada por el personal de enfermería. Las trabajadoras, que llevan cerca de cuatro meses sin recibir sus salarios, decidieron tomarse las instalaciones como medida de presión ante la falta de soluciones concretas.
La situación se torna aún más crítica porque la mayoría de las afectadas son madres cabeza de hogar, quienes deben responder por los gastos de sus familias y han visto cómo las deudas se acumulan. Muchas han tenido que desocupar sus viviendas por falta de pago del arriendo, mientras que los servicios públicos han sido suspendidos en algunos casos y las cuentas en las tiendas de barrio siguen creciendo.
Según lo manifestado por las enfermeras, los estragos de esta problemática no solo son económicos, sino también físicos y mentales. Los contratos por prestación de servicios bajo los cuales trabajan las han dejado desprotegidas, y las únicas respuestas obtenidas de la administración de la IPS señalan que están a la espera de los pagos pendientes por parte de la EPS para cubrir la nómina, que actualmente asciende a cerca de 700 millones de pesos.
La situación se agrava porque, para recibir su pago, las enfermeras deben estar al día con la planilla de seguridad social, cuyo costo es de aproximadamente 480 mil pesos, aumentando si los ingresos superan el salario mínimo. Esto representa una barrera insuperable para quienes ya no tienen ingresos y enfrentan esta crisis.
Pese a las gestiones realizadas, incluyendo la intervención de la veeduría ciudadana, no se ha logrado llegar a un acuerdo para que al menos se abone parte de la deuda. Las enfermeras piden el apoyo de otras entidades para visibilizar y resolver esta problemática, que afecta no solo a ellas, sino también a las personas que dependen de sus cuidados en una institución vital para la comunidad.